martes, 19 de abril de 2016

Jim Rotondi, tradición y modernidad en la trompeta

De izq a der: Fabio Miano, Ignasi Gonzalez, Jo Krause y
Jim Rotondi. Foto:R.García
Para explicar grosso modo lo ocurrido el pasado miércoles seis de abril en Almería deberíamos precisar qué es el “hard bop”. Después de que algunos jazzistas relajasen un poco el ambiente en los años 50 y surgiese un estilo denominado “cool”, muchos afroamericanos se rebelaron ante esa música algo cerebral y decidieron, sin olvidar la técnica y la provocación del bop, lanzarse a una piscina donde flotaban góspel, blues, soul y funk. Miles Davis se cambió de bañador y se lanzó con ellos, pero ahí nadaron Horace Silver, Clifford Brown, Sonny Rollins, Freddie Hubbard y tantos otros nombres míticos, que dieron lustre a un estilo que llega hasta nuestros días con muy buena salud.
El americano Jim Rotondi es heredero clarísimo de esa tradición, legatario del estilo y sonido de músicos como Lee Morgan, Woody Shaw o el referido Hubbard.
El trío que le acompañó en Almería brilló con luz propia. El pianista, Fabio Miano, italiano afincado en Valencia, me retrotrae a "Jazz entre amigos", programa del que conservo algunas de sus intervenciones. Tiempo después colaboró en el disco de Insólito Club, fantástica aunque efímera banda de Paco Rivas, Diego Cruz y Yoio Cuesta. De inmediato conseguí un disco suyo, "Personally Speaking", tributo al pianista Duke Pearson. Miano es garantía de calidad y solvencia en cualquier formación. Domina el lenguaje jazzístico, sea cual sea el estilo, pero es en el bop y el hard donde creo que se siente como pez en el agua.
En cuanto a Jo Krause, es un baterista de origen alemán que en 1993 decidió cambiar de aires y recaló en un pequeño pueblo cercano a Barcelona. Desde entonces ha formado parte de la escena del jazz catalán y nacional. Si tuviese que definirlo en pocas palabras diría que es contundente y pasional. Ideal, por tanto, para el estilo que nos ocupa. Por último, Ignasi González es también otro habitual de la escena catalana, y si algo lo caracteriza es su mesura, imaginación y precisión al contrabajo. Nuevamente lo demostró con creces en este concierto.
La velada comenzó con contundencia, como mandan los cánones, con un transformado "Mary Ann" de Ray Charles, con quien Rotondi tuvo ocasión de girar por el mundo en la década de los 80. Para dejar claro de qué iba la historia, además de las tremendas improvisaciones de Miano y Rotondi, el batería nos dejó estupefactos con la potencia y energía de su solo, cuando aún ni había tenido tiempo de calentar motores.
El más calmado "Falset" llegó para relajarnos con ese inicio tan bossa nova y unos preciosos arreglos durante la melodía, sobre todo a cargo de la mano izquierda de Miano y con Rotondi al fliscorno. Continuaron con “Alone togheter”, un estándar que ejecutaron a medio tiempo con melodía compartida entre Rotondi y Miano; primer solo de Ignasi González, que dejó constancia de su tremenda calidad. Con una fantástica intro al piano llegó la balada que todos esperábamos, "Dedicated to you". El colofón de Rotondi en solitario nos hizo contener la respiración hasta que Krause, por obligación, rompió el hechizo y precipitó el final.
Descanso entonces del trompetista, que nos dejó unos minutos a solas con la sección rítmica, encargada de deleitarnos con "A beautiful friendship". A destacar el sutil solo de batería con Krause a las escobillas.  Con otro clásico, "Cry me a river", demostraron que cualquier melodía puede tomar el rumbo que el músico quiera darle.
Llegó el final y, haciendo gala de la simpatía con la que nos obsequió durante todo el concierto, Jim se despidió con agradecimientos al equipo de Clasijazz por sostener un club como este, y al público que permite su existencia. El último tema, "Biru Kirusai", está dedicado al público japonés; es intenso y muy entroncado en el estilo hard-bop, lo compuso junto a Eric Alexander y pertenece a su último disco, "Dark Blue”. La petición de bis fue unánime, y con "I wish i knew" se despidieron, demostrando que la banda podía hacer algo mas "cool", pues donde hay maestría no importa el estilo, sino el buen hacer de los músicos.
Otra nueva noche de jazz en nuestra ciudad que nos hace enorgullecernos de formar parte de la familia de Clasijazz, todo un ejemplo para el resto del país que quizás no se valore aquí lo suficiente.


sábado, 9 de abril de 2016

Antonio Gómez: la aritmética del vals

“A todos los músicos parece que nos da un poco de ‘yuyu’ tocar dos temas en tres por cuatro seguidos, y se me ocurrió hacer un disco de doce canciones en el que todas llevasen este compás pero con distintos patrones rítmicos…”.Así me explicaba Antonio Gómez como estaba fraguando su nuevo proyecto en una entrevista días antes de su concierto el pasado 2 de abril en Clasijazz. Ideas originales no le faltan a este guitarrista almeriense, al que conocí cuando contaba quince años, y era ya todo un virtuoso de su instrumento. Aunque en nuestra tierra no es prudente usar el típico “ha llovido mucho desde entonces”, ya han pasado más de dos décadas y unos cuantos fantásticos proyectos musicales, algunos con reflejo discográfico. Con el primero, “Guitarra de Navidad”, ya nos sorprendió con esa tremenda habilidad para hacer arreglos originales sobre los villancicos más populares. Diez años después, en 2007, dio a luz “Aires de mar”, en el que demostraba que no solo era un gran guitarrista y arreglista, sino también un compositor de altura. No hace mucho volvía a los arreglos y con  “Alcalá Street” demostró que coplas, pasodobles y cualquier melodía típicamente española puede ser transportada con genialidad al mundo del jazz y a su propio universo creativo.
“Mis ‘guitar heroes’ al principio provenían del rock, como Mark Knopfler o Eric Clapton, pero poco a poco fueron entrando otros héroes del jazz, como George Benson, Wes Montgomery o Django Reinhardt….”, recordaba Antonio, y si uno se fija en su estilo puede descubrir pinceladas de todos ellos y alguno más, como Metheny. Pero cuando suena su guitarra se le reconocede inmediato, pues ha sabido ir forjando su propio estilo como intérprete y compositor.
Pero vamos al concierto, que comenzó con un medio tiempo llamado “Vital Alarm” donde los acordes del piano de José María Pedraza “Petaca” marcaban claramente el segundo y tercer tiempo, y sobre los que la guitarra construía su bellísima melodía. Pedraza dejó claro por qué es uno de los pianistas andaluces con mayor proyección en la actualidad, con un intensísimo e imaginativo solo. “En lo cierto” fue el siguiente tema, en la onda smooth jazz que Antonio domina, y donde dejaron todos claro su control de la dinámica, logrando pasar de la calma a la tempestad en cuestión de segundos, tanto en la melodía como en los solos. Con “La espera” afloraron esos aires “methenianos” pero, para dejar clara su iPorvenir”, con aires de bolero, tuvo su espacio Joan Masana, que con su bajo de cinco cuerdas y sobre un sutil acompañamiento de David León, construyó un bello solo.
Terminaron el pase con un viejo conocido, el humorístico “¿Porqué te vals?”, que lleva años formando parte del repertorio de Gómez en directo, y donde David León tuvo uno de sus momentos de mayor lucimiento a las baquetas.
mpronta, la improvisación de guitarra fue, de lejos, la más intensa y llena de virtuosismo de la noche. En la balada “
A esas alturas de concierto puedo asegurar que la variedad de ritmos, armonías y melodías que los cuatro estaban desplegando sobre el escenario era tal que nadie se habría fijado en la coincidencia de compás si el propio guitarrista no lo hubiese advertido al inicio.
De forma calmada y deliciosa, con el dúo a piano y guitarra “Nana para un sueño”, comenzó el segundo pase. Continuaron con otra bellísima balada de aire aflamencado, “Trasluz”y, tras ella, “Two Jack Lake”. El inquietante “Despierto”, donde sobre un ostinato del piano y bajo desliza una melodía que recuerda vagamente a aquel clásico “Can't take my eyes off of you” de Frankie Valli, sirvió para terminar la parte dedicada al nuevo proyecto. Para el final reservó algunos de sus temas más conocidos de anteriores trabajos, comenzando por ese genial arreglo del tema popular “Mi tarara, sí” y el “Alhambra City”, y reservándose para el bis el funky y espectacular “In fraganti”, todo un clásico en sus conciertos.

En una noche en la que la competencia más directa era el enésimo Madrid-Barça, para los que allí estuvimos la victoria llegó en forma de música de calidad hecha en nuestra tierra. Y, por cierto, matemáticamente perfecta: tres por cuatro, doce obras maestras.