viernes, 18 de noviembre de 2016

Cole Porter, una ilusión cumplida


COLE PORTER, UNA ILUSIÓN CUMPLIDA

El pasado sábado 5 de noviembre el septeto liderado por Jose Balastegui presentó su original Homenaje a Cole Porter, ante un público que abarrotó el  Teatro Apolo de nuestra capital. 


Ser imparcial al escribir sobre un concierto con grandes amigos en el escenario no es nada fácil. Pero el proyecto del septeto de Jose Balastegui con su Homenaje a Cole Porter merece el esfuerzo, porque su ardua labor ha dado como resultado un producto musical delicioso y de gran calidad.

Como el mismo Balastegui comentó en su presentación, Porter tuvo la desgracia de ser coetáneo de Irvin Berlin, George Gershwin o Jerome Kern, y en su momento no obtuvo el reconocimiento merecido. Lo ha ido logrando con el tiempo y actualmente no existe músico de jazz que no haya interpretado algún tema suyo. Lo han interpretado Sinatra, Miles, Coltrane o Ella Fitzgerald, por nombrar cuatro de los más grandes. Uno de los imprescindibles del cancionero popular norteamericano. Su “Begin the begine” sería un ejemplo que conocen hasta los más profanos.

El concierto se inició con una versión instrumental del “All of you”, a modo de presentación de la banda, donde cada solista tuvo su espacio.
La cantante Sara Marcos entro a escena con un alegre arreglo del “You do something to me”, que le ayudó a romper el hielo. Gran responsabilidad poner voz a este ambicioso proyecto para quien hasta el momento solo había tenido experiencia en jam sessions y alguna colaboración con la Clasijazz Big Bang Swing and Funk. Os aseguro que superó con creces todas las expectativas.
Prometían dar un aire diferente a cada arreglo, y la versión “Night and day” – en la que presentaron al percusionista Juanjo Simón – demostró que iban en serio, llevándola a un terreno ‘funk’ donde destacaría al batería Miguel Canale, cuya progresión está siendo espectacular.

La visión del “I love Paris” nos transportó al latin-jazz, donde subrayaría la labor al contrabajo de Gines Peregrin, y el solo de piano de Arturo Almécija, más libre, mas coltraniano. El solo de percusión de Simón hizo volver al sabor latino. La bossa también tuvo presencia con la versión del “I concentrate on you”, con Balastegui empuñando la flauta travesera y, momento mágico de la noche, esa bella intro de Almécija, que dio pie al “Just one those things”, empezando solos piano y la preciosa voz de Sara, cogiendo después derroteros mas swing.

Emocionante la presentación del “Let´s do it (let´s fall in love)”. Sara reconoció que, tras escucharla por Kim Basinger en la comedia “Ella siempre dice sí”, soñó con interpretarla alguna vez en un escenario como ese.
La primera parte acabó con el “So in love” con aires de funk suave, pero como en todo concierto de jazz tiene cabida una balada clásica, de esa forma dieron comienzo a la segunda parte con “Every time you say goodbye”. Especial lucimiento del líder y arreglista del septeto, Jose Balastegui, aquí con el tenor, pero que no dejó en todo momento de demostrar su dominio en todo tipos de vientos, alternando entre saxos, clarinete y flauta.

Con cambio de vestuario espectacular Sara volvió al escenario, y retorna el swing de corte más clásico con “I´ve got you under my skin”, estilo que también aplicaron a “What´s is this thing called love” o “I love you”, uno de mis preferidos de Porter, quizás por una maravillosa versión Bill Evans.
Sin embargo, “Easy to love” mostraba un claro ritmo de samba brasileña, un piano eléctrico muy sesentero y cierto aire flamenco con la flauta.

De la sensual “My hearts belong to daddy” destacaría la sensibilidad y buen gusto de Jose Granados a la guitara, una constante durante todo el concierto, así como en todas sus intervenciones como solista. También de gran belleza y misterio estuvo rodeada la versión de “Get out of town”, cercana al bolero, con una preciosa y sutil percusión de Simón.

Con el celebérrimo “Love for sale”, donde nuevamente salieron a relucir los ritmos latinos, y con nuevos lucimientos de los solistas, se cerró el concierto.
La petición del bis no se hizo esperar, con un “meddley” del famoso “I get a kick out of you” con “In the still of the night”.

Magnifica noche de jazz en el Teatro Apolo, tras la que puedo afirmar que ha surgido un nuevo proyecto de gran calidad en nuestra ciudad que sinceramente espero tenga la continuidad que merece.



domingo, 13 de noviembre de 2016

El jazz de gran formato inunda Roquetas


EL JAZZ DE GRAN FORMATO INUNDA ROQUETAS

Los días 28 de octubre y 4-5 de noviembre Roquetas se inundó de jazz. De entre de la múltiples actividades de su estrenado festival, destacaron los grandes conciertos en su Teatro-Auditorio.

No son buenos tiempos para el jazz, o quizás nunca lo han sido en este país. Por desconocimiento, muchos tuercen el gesto solo con escuchar ese término: jazz. Por eso se valora mucho más el nacimiento de un nuevo festival, y Roquetas de Mar ha apostado por ello organizando su “I Festival Internacional de Jazz”. Lo ha hecho a lo grande, con tres conciertos maravillosos, dos big bands y una orquesta sinfónica. Ardua tarea resumir tanta buena música en una página.

El festival comenzó con el pianista valenciano Albert Sanz y su último proyecto, llamado L´emigrant, una serie de composiciones basadas en su experiencia tras una temporada en Suiza. Temas impecablemente arreglados e interpretados por Sedajazz Big Band, una fábrica de buenos músicos que debería existir en cada ciudad si nuestra pobreza cultural no fuese tan acusada.

Comenzaron con el sarcástico Movilidad exterior — aludiendo al eufemismo usado por la ministra Báñez para no decir emigración — como intro al fantástico L´emigrant, pieza fundamental del proyecto, donde pudimos disfrutar de los estupendos arreglos y la compacta sonoridad de la Sedajazz.
Más cercanos al free, Fuga de Cerebros — con duelo incluido entre el saxo de Vicente Macián y el trombón de Víctor Colomer — o Foret, dedicado al trompetista Voro García, gran protagonista del tema. También hubo espacio para temas de corte más clásico, entre el swing y el bop, como Bird´s Eye — dedicado a un club de jazz de Suiza —, Levando anclas o la preciosa y "ellingtoniana" Lisboa adormece. Y muy especiales las intervenciones del cantante Carles Denia, que comenzó con Si De Vora Meu Un Dia, incluida en el disco. Su voz rasgada y aterciopelada — con ciertos tintes andaluces aun cantando en valenciano — cautiva de inmediato, como se demostró en Quina plaent vesprada al lit o en Del destí en ticn prou de saber, con la que terminaron el concierto; ambos temas con arreglos inéditos de Sanz estrenados justo esa noche.
La primera parada del festival me dejó con un fabuloso sabor de boca, y esperando con ansia el siguiente concierto.
Pero lo de siete días después fue de un nivel de excelencia equivalente. En este caso el jazz y lo clásico se daban la mano. Afortunadamente está desapareciendo esa separación entre los músicos de ambos mundos, en favor de la música con mayúsculas. La gran protagonista de la noche era la Orquesta FIMA, dirigida por Emilio Fenoy, y comenzaron con el que para mí es uno de los mejores pianistas de la actualidad: Marco Mezquida. La obra, un clásico que mezcla de forma genial el jazz con la mal denominada “música culta”, Rhapsody in blue, de George Gershwin, incluye algunos maravillosos fragmentos improvisados por Mezquida. Tras ella, Marco nos regaló unas variaciones improvisadas sobre la famosa melodía de La tarara que volvieron a dejarnos sin aliento.
Casi sin tiempo para recuperarlo llegó el momento de ese cuento musical llamado Journey into Jazz, de Gunther Schuller; recuerda a Pedro y el lobo, de Prokofiev, pero relatando el proceso de introducción de un joven músico en el universo jazzístico. Preciosa fábula sonora, perfectamente narrada por Pablo De Coupaud, que demuestra que no basta el estudio y dominio del instrumento para ser músico de jazz. Se sumaron a la orquesta un quinteto formado por Antonio González, Bori Albero, Ramón Prats, Voro García y Sergio Albacete; estos dos últimos fueron los más destacados por sus diálogos instrumentales.
Como colofón, algo muy difícil de escuchar hoy en día. Al revolucionario Charlie Parker en un momento de su carrera le apeteció grabar con una orquesta de cuerdas, y el polémico experimento quedó para la historia en unas magnificas grabaciones: Parker with strings. Nuestro Parker particular fue el fantástico Antonio González, que calcó al maestro — algo nada fácil — en perfecta conjunción con la orquesta, y nos regaló algunas de esas joyas, como Just Friends, I´ll remember April, East of the sun o Easy to love.
Al no poder asistir al Epitaph de Mingus con la Double Big Band de Clasijazz no puedo relatarlo, pero si tocaron igual de bien que en su estreno, justo hace un año, apuesto a que fue genial.
Larga vida al recién nacido festival de jazz de Roquetas de Mar y esperamos con ansia su segunda edición.
Ramón García es pianista, compositor y arreglista de Almería. Más en ramongarciamusic.blogspot.com