domingo, 30 de julio de 2017

Perico Sambeat Ensemble: Zappa sigue vivo

La mente es como un paracaídas. Solo funciona si se abre”. Esta sentencia proviene de una de esas mentes abiertas, la del músico norteamericano Frank Zappa. Marchó hace 25 años dejando tras de sí un abultado legado, no solo por la cantidad de grabaciones, sino por la calidad y honestidad de todo lo que hizo durante su vida.
Genial, irreverente, políticamente incorrecto, Zappa es el músico más osado de la historia del rock. Incursionó prácticamente en todos los géneros musicales, y muy especialmente en el jazz en ciertos períodos. Y aquí es donde aparece, de entre su legión de músicos admiradores,  uno muy concreto: el saxofonista valenciano Perico Sambeat.
Me contaba Perico en una reciente entrevista que ya escuchaba a Zappa desde su más tierna juventud, siendo sus discos de cabecera del bigotudo guitarrista aquellos “Hot Rats”, “The grand Wazoo” y “Over-nite Sensation”, perfectos ejemplos de lo que era capaz de dar de sí.
Espoleado por Chevi Martinez, propietario del club de referencia en Valencia, el  ’Jimmy Glass’, este saxofonista, uno de los más respetados y reverenciados de nuestro país en la actualidad, se embarcó en una tarea engañosamente placentera. “Acepté el reto pensando que las partituras serían fáciles de conseguir, pero el lio comenzó cuando comprobé que o no existían o estaban incompletas, así que tuve que transcribir prácticamente toda la música”, me relataba Sambeat. No se limitó a transcribir; hizo también aportaciones en forma de arreglos o fragmentos añadidos a los temas originales, abriéndolos más al mundo de la música improvisada. Finalmente todo se transformó en un disco magníficamente producido y la posterior gira de la que hemos disfrutado el pasado jueves en Clasijazz.
Resulta arduo describir lo que vivimos, así que voy a emplear palabras sueltas y que sea el lector el que las enlace y asimile como guste: energía, precisión, humor, pasión… ¿Hace falta seguir? 
Ocho músicos descendieron de la nave de la música valenciana –potencia mundial incontestable - desparramándose por el escenario. La columna vertebral era la sección rítmica, que se torna vital para un proyecto como este: Miquel Asensio “Rochet” en las baquetas y Julio Fuster al bajo y contrabajo, se emplearon a fondo para que todo el entramado rítmico fuese perfecto. Tras las teclas, Santi Navalón, erudito en Zappa, suministraba el colorido necesario con un arsenal de sonidos perfectamente elegidos. A ambos lados del líder, y encarando con valentía el nada sencillo repertorio, Toni Belenguer, trombonista queridísimo por los almerienses, Javier Vercher, saxo tenor de  enorme proyección internacional, Voro Garcia, joven trompetista que ya figura entre los más grandes y un inspiradísimo Ivan Cebrian en la guitarra, con el complejo papel, como Perico indicó en varios momentos, de ser “el Zappa de la formación”.
Comenzaron  con el impactante “Zomby Woof”, sentando las bases: potencia y arreglos con precisión de relojero, que dan paso a momentos de total libertad creativa sobre un manto puramente funk. De ahí al sinuoso “It must be a Camel”, la irreverente “Don't You Ever Wash That Thing”, el experimental “For Calvin”, con alucinante solo de trombón salpicado por unos sorprendentes ladridos y desembocando en una de las mas alucinantes improvisaciones colectivas que he podido presenciar jamás, el potente medley “Imaginary Diseases/Tink Walks Amok”, la loca historia espacial de “Inca Roads”, con fabulosos arreglos para vientos y otro lisérgico solo de guitarra de Cebrian, la curiosa y desvergonzada balada “I Promise Not to Come in Your Mouth” con excelente solo de sintetizador y acabando con “A Pound for a Brown”. Como guinda, la composición más conocida del universo Zappa: “Peaches en Regalia”, una melodía de fantasía que ya no pude quitarme de la cabeza hasta que cogí el sueño.

Zappa sigue vivo, y el octeto de Perico Sambeat lo va a demostrar cada noche mientras los dejen, gozando y haciendo vibrar a los oyentes de una música que no tuvo ni tendrá ningún tipo de fronteras. En estos tiempos funestos en los que innombrables cantantes se suben a escenarios para escandalizar a propios y extraños haciendo como que cantan, no puedo por más que insistir en que la música verdadera, la que se hace con el corazón y con la mente abierta, es la que nos va a hacer mejores personas. Zappa forever.