Artículo en La Voz de Almería el 29-09-2017, previo al concierto de Jorge Pardo en el Teatro Cervantes para presentar su nuevo trabajo, Djinn
A Jorge Pardo le da un poco de reparo reconocer que formó
parte fundamental de esa generación que cambió la forma de entender y ejecutar
el flamenco, pero no hay más que oír los discos de la banda Dolores en la
década de los 70 para comprobar que es demasiado modesto. En una reciente entrevista me contaba “aquello fue un poco en paralelo, porque una
evolución o un estilo no se da nunca de una manera personal, un músico solo,
por grande que sea - incluidos Paco de Lucia o Camarón- , sino que se da cuando
una generación de una manera solapada, y los diferentes miembros de esa
tendencia musical se van, por así
decirlo, "dando cuerda" unos a otros...."
El Miles Davis del
jazz-flamenco
Y Paco se lo llevo a recorrer el mundo con su ya mítico sexteto, y a formar parte de la leyenda. Pero no contento con ello, Jorge ha seguido siempre buscando de forma incesante todo tipo de experiencias musicales con diferentes formaciones, algunas más puramente jazzisticas siguiendo la tradición y otras fusionando todo lo que se ponía por delante. Siguiendo un poco la estela de grandes como Miles, a quien admira profundamente, cada cierto tiempo se reinventa y se rodea de nuevos y jóvenes músicos, dando lugar a unos discos realmente interesantes, como ‘Huellas’ o ‘Historias de Radha y Krishna’.
Su nuevo disco
‘Djinn’ , su último trabajo y el que viene a presentarnos es un buen ejemplo de estas investigaciones, estos "collages" musicales. En él ha realizado una investigación muy seria sobre algunos cantaores de los años 30 y 40, mezclándola con ritmos procedentes del rock o casi el hip-hop, combinando seguiriyas con funky, tarantas con Gerswing, y soleás, bulerías o rumbas con swing. Todo ello con el fraseo inspirado en los antiguos y dentro del marco de la música improvisada, y combinando instrumentos tradicionales, como sus saxos y flautas o la guitarra flamenca, con teclados de última generación y todo tipo de efectos.
Y Paco se lo llevo a recorrer el mundo con su ya mítico sexteto, y a formar parte de la leyenda. Pero no contento con ello, Jorge ha seguido siempre buscando de forma incesante todo tipo de experiencias musicales con diferentes formaciones, algunas más puramente jazzisticas siguiendo la tradición y otras fusionando todo lo que se ponía por delante. Siguiendo un poco la estela de grandes como Miles, a quien admira profundamente, cada cierto tiempo se reinventa y se rodea de nuevos y jóvenes músicos, dando lugar a unos discos realmente interesantes, como ‘Huellas’ o ‘Historias de Radha y Krishna’.
Su nuevo disco
‘Djinn’ , su último trabajo y el que viene a presentarnos es un buen ejemplo de estas investigaciones, estos "collages" musicales. En él ha realizado una investigación muy seria sobre algunos cantaores de los años 30 y 40, mezclándola con ritmos procedentes del rock o casi el hip-hop, combinando seguiriyas con funky, tarantas con Gerswing, y soleás, bulerías o rumbas con swing. Todo ello con el fraseo inspirado en los antiguos y dentro del marco de la música improvisada, y combinando instrumentos tradicionales, como sus saxos y flautas o la guitarra flamenca, con teclados de última generación y todo tipo de efectos.
Su joven banda
Lo podremos disfrutar acompañado de Tony Romero, pianista conocido por ser uno de los miembros más antiguos Chambao, el batería David Bao, el también joven bajista sevillano Pablo Baez y el guitarrista malagueño, Ramon Barranquero, quizás el más flamenco de la formación.
Lo podremos disfrutar acompañado de Tony Romero, pianista conocido por ser uno de los miembros más antiguos Chambao, el batería David Bao, el también joven bajista sevillano Pablo Baez y el guitarrista malagueño, Ramon Barranquero, quizás el más flamenco de la formación.
El próximo 30 de
septiembre el Teatro Cervantes va a acoger a uno de los músicos más
internacionales de nuestro país, con una propuesta arriesgada y novedosa. Pero,
y esto lo saben todos los que le han visto en directo, sin olvidar que la
música que nos ofrece es pura diversión y alegría.